martes, 22 de enero de 2013

La musica Klezmer

Klezmer



KLEZMER
Orígenes musicalesSurgió durante la Baja Edad Media, en las comunidades judías de Europa Oriental, basado en melodías y canciones tradicionales judías tanto religiosas como seculares. Algunas composiciones armónicas influenciadas mayormente por la música tradicional rumana (predominantemente de Moldavia, particularmente Besarabia y la región rumana de Bucovina); también están presentes influencias musicales griegas, ucranianas y turcas.
Orígenes culturalesCelebraciones judías, especialmente bodas, en Europa oriental. Se fue consolidando como género independiente, dejando de ser accesorio y creando un estilo propio.
Instrumentos comunesViolín, Címbalo o Dulcémele, Clarinete, Acordeón, Trombón, Trompeta, Piano, Percusión.
PopularidadMuy rara entre no-judíos, bien seguida por los judíos del continente americano, especialmente después del resurgimiento de los años 80.
El Klezmer (del yiddish קלעזמער, del hebreo כליזמר, pl. כליזמרים) es un género musical étnico originado en la tradición creada y establecida desde sus orígenes por los judíos askenazíes de Europa del Este. Se desarrolló rápidamente en las comunidades judías existentes antes de las dos grandes guerras. Interpretada por klezmorim (músicos o agrupaciones musicales profesionales), la música klezmer, en sus principios, constaba principalmente de melodías de baile y muestras de piezas instrumentales para bodas y otras celebraciones, consolidándose posteriormente como género musical independiente con características únicas y bien definidas. En la actualidad, la música klezmer todavía es interpretada en casi todo el mundo, su esencia y sonido permanecen prácticamente inalterados.

Historia

Aunque comparada con otros estilos folclóricos europeos, muy poco es lo que se sabe acerca de la historia de la música klezmer, y buena parte de lo que se dice ha de ser tomado como conjetura.[5] La historia del klezmer está intrínsecamente vinculada al destino del pueblo judío a través de los siglos: la diáspora, las expulsiones, las migraciones, las persecuciones, los guetos, los asedios, eran parte de la vida cotidiana de las comunidades judías. La música judía en general, compila una enorme variedad de manifestaciones a lo largo del tiempo, su existencia data desde las posibles manifestaciones musicales tribales, pasando por la música vocal de los levitas en la Jerusalén e incluyendo el resurgimiento del género klezmer.

Discografía

Los primeros años del siglo XX vieron un boom en otra área del entretenimiento y consumo: las grabaciones. El Klezmer se volvió popular en esta época en Estados Unidos. La migración masiva de judíos a los Estados Unidos entre 1880 y 1820 coincidió con el desarrollo de la tecnología de grabación comercial. Las grabaciones hechas entre 1912 y 1940 para el público judío han sido la mayor fuente para el actual resurgimiento klezmer. Las primeras grabaciones en discos de 78 RPM - que encontraron los investigadores del movimiento de resurgimiento del klezmer - estaban llenas de rayones, saltos e incluso, errores musicales, rasgos que eran parte de su encanto. Desde 1899 la Gramophone Company de Londres estaba haciendo grabaciones en Europa del Este. El sello discográfico Syrena tuvo un enorme hit con sus grabaciones del cantor Sirota y continuó grabando pequeñas agrupaciones y grandes bandas. Una de sus primeras grabaciones es la Rumanian Belf's Orchestra, dirigida por el sonido central del clarinete, la melodía y segundos violines, chelo y piano. Nadie sabe quién o qué tocaba pero se cree que la banda era probablemente de Ucrania y el nombre "rumano" era un truco de mercadeo. Otras tempranas grabaciones klezmer fueron de Abe Elenkrig con su Hebrew Bulgarish Orchestra, esta tenía los ritmos metálicos y el estilo moldavo y del suroeste de Ucrania. Aunque las grabaciones se exportaban de Europa a los Estados Unidos, el nivel de producción en los Estados Unidos era de lejos mucho más grande y había un mayor flujo de ventas del otro lado. En los Estados Unidos, la United Hebrew Disc and Cylinder Record Company, grababa canciones, canciones teatrales, popurrís de klezmer y produjeron cerca de 150 discos en 3 años. Durante la Primera Guerra Mundial el influjo de los artistas de Europa Oriental se interrumpió, por lo que los estudios de grabación tuvieron que buscar en el talento local para sus continuar sus producciones.
Muchos judíos dejaron Europa oriental a finales del siglo XIX en búsqueda de holgura y, después, huyendo de las persecuciones y establecerse en Estados Unidos. Estos emigrantes: Harry Kandel (1885-1943), Abe Schwartz (1881-1963), Joseph Frankel (1885-1953), Dave Tarras (1897-1989), Naftule Brandwein (1889-1963), Shloimke Beckerman (1883-1974,etc. o sus descendientes: Max Epstein (1913-2000), Pete Sokolow, Michael Alpert, etc., permitieron que el klezmer perdurara e incluso que prosperara como música de baile y entretenimiento. “Pero la música experimentó tan profunda transformación que se tenía una noción sesgada de cómo sonaba en el viejo país.” (Mark Slobin).
Cuando los judíos dejaron Europa oriental y los shtetls, el klezmer se dispersó por todo el mundo, especialmente en los Estados Unidos. Inicialmente, no mucha de la tradición klezmer se mantuvo por los judíos en Estados Unidos, había sólo unos pocos cantantes folclóricos yiddish. En la década de 1920 los clarinetistas Dave Tarras y Naftule Brandwein causaron un breve e influyente resurgimiento, aunque ha sido indicado por Hankus Netsky que “pocos de los intérpretes de esta era se referían a sí mismos como klezmorim, y el término no se encuentra en ningún registro instrumental del momento.”[14] La soprano Isa Kremer fue un exponente popular de la canción yiddish internacionalmente durante la primera mitad del siglo XX; notablemente haciendo muchas grabaciones con Columbia Records y haciendo presentaciones en el Carnegie Hall y en otros lugares de actuación masivos en los Estados Unidos, de 1922 a 1950.[15] Mientras los judíos norteamericanos empezaron a adoptar la cultura dominante, la popularidad del klezmer lentamente decreció, y cada vez más, las celebraciones judías comenzaron a acompañarse de música no-judía. El sonido cambió evolucionando con los nuevos entornos y cultura de América, así como lo había hecho por las vastas comunidades europeas. “En Nueva York, los músicos judíos tocaban más fox-trots que freylekhs,”[16]

George Gershwin.

Benny Goodman.
Mientras el klezmer estaba siendo influido por la cultura americana y sus interpretaciones tradicionales pudieron haber declinado; ocurría lo contrario en el caso de la música norteamericana. Ciertos compositores judíos que tuvieron un éxito dentro de la cultura dominante, como Leonard Bernstein y Aaron Copland, siguieron siendo influidos por el idioma musical klezmer oído durante su juventud (como Gustav Mahler). Muchos consideran que Gershwin que el yiddish de su juventud sí le influenció, y que la apertura de “Rapsody in Blue” fue un saludo al clarinete klezmer.[17] Y, buena parte del estilo en el clarinete de Benny Goodman, se puede interpretar como derivado del género. Muchas de las melodías de Benny Goodman aunque no precisamente klezmer, tenían cierto toque sonoro distintivo. Años después su trompetista llevó música folclórica judía a la banda,[18] Simultáneamente, compositores no judíos, se estaban interesando en el klezmer, en búsqueda de una fuente prolífica de material temático fascinante. Dmitri Shostakovich, en particular, admiraba la música klezmer por abarcar y adoptar tanto el éxtasis y la desesperación de la vida humana y ‘citó’ varias melodías en sus obras maestras de cámara, el Quinteto para Piano en Sol menor. op. 57. (1940), el Trío para piano N.° 2 en Si menor, op. 67. (1944), y el Cuarteto de cuerdas N.° 8 en Do menor, op. 110. (1960).

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